Cada 21 de septiembre los jóvenes argentinos festejan la jornada, que coincide con el Día de la Primavera; es una fecha para celebrar junto a amigos y, por lo general, al aire libre.
Esta jornada se festeja en honor a Domingo Faustino Sarmiento, expresidente y referente de la educación argentina. Durante su presidencia creó más de 800 escuelas en el país y promovió el desarrollo y capacitación docente. Asimismo, fundó la Biblioteca Nacional de Maestros, impulsó la alfabetización, promovió la educación pública, gratuita y obligatoria, y logró aumentar el alumnado del país de 30.000 a 110.000 presentes.
El Día del Estudiante se estableció en 1902, cuatro años después de la muerte de Sarmiento. El presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras, Salvador Debenedetti, fue quien eligió el 21 de septiembre para esta celebración, porque fue la fecha en que llegaron los restos del sanjuanino a la Argentina en 1888, luego de haber fallecido a los 77 años en Asunción, Paraguay. En ese entonces, se realizó una ceremonia en su casa de estudios, que luego fue repetida anualmente.
De esa forma, el festejo se volvió una tradición para los jóvenes estudiantes del país. En la actualidad, los alumnos del secundario no asisten a clases durante este día e incluso muchos celebran al aire libre, en plazas y parques. Además, algunas universidades adhieren a esta festividad y permiten a sus estudiantes ausentarse por este día.
De todos modos, no es la única jornada que se le dedica a Sarmiento en el calendario nacional. El 11 de septiembre, en la fecha de su fallecimiento, se celebra el Día del Maestro. La efeméride tiene como objetivo, además de conmemorar al “padre del aula” por su gran aporte a la educación y la cultura, elogiar la labor que hacen los docentes todos los días en las escuelas.
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